Para garantizar la seguridad en las transacciones realizadas o comercio electrónico a través de redes informáticas como Internet, se emplean determinados protocolos criptográficos.
Los Protocolos Criptográficos son algoritmos distribuidos que constan de una secuencia de pasos o etapas que tienen que ser realizados por dos o más entidades para alcanzar unos determinados objetivos de seguridad.
Los protocolos criptográficos emplean, entre otros, esquemas de cifrado simétrico y asimétricos, firmas electrónicas, funciones hash, generadores de números pseudoaleatorios, etc.
Para desarrollar las plataformas de comercio electrónico se han propuesto dos protocolos específicos, que permiten realizar transacciones de forma segura a través de internet: se trata del protocolo SSL y del protocolo SET.
Conviene destacar, no obstante, que estos protocolos sólo permiten proteger los datos intercambiados e una transacción entre un navegados y un servidor web. Sin embargo, no garantizan la seguridad más allá de esta comunicación, por lo que si participantes (por ejemplo, en la base de datos del servidor web), podrían ser vulnerables a ataques y robos por parte de usuarios remotos, independientemente de que hayan sido transmitidos de forma segura a través de internet.